Jugando sucio

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Por: Lic. Daniel Báez (periodista)

Santo Domingo, R.D. -Con el paso del tiempo se van perdiendo los valores en todos los ámbitos de la actividad humana, incluyendo la Política, una actividad muy conocida por los dominicanos, no tanto como ciencia, sino como manera de buscarse la vida, ya que somos el único país en el mundo que estamos en política permanentemente.

Sin embargo, hay que lamentar que los deseos, las emociones negativas, la envidia, celo, intriga, y el encono de algunos políticos de este país, han contribuido con que la Política, en sus diferentes campos de aplicación, se vaya degradando cada día más y más, hasta perder su esencia, su función original.

De una actividad hermosa, asociada al desarrollo, el avance y el bienestar colectivos de un país o nación, la política ha devenido en un juego sucio, perverso, donde el que más sucio juega es quien sale ganancioso, sin importar los daños que pueda ocasionar a un determinado oponente o a la sociedad en sentido general; como si estuviéramos en los tiempos de la guerra fría o de Alcapones y su mafia; es lo mismo, pero ahora con un sistema más sofisticado, que algunos utilizan para neutralizar a sus oponentes.

Sobre todo, si se trata de algún oponente que goza de popularidad y respeto, como en el caso del ingeniero agrónomo Leonardo  Faña, quien es uno de los hombres más serios que tiene el PRM, y un referente de moral, seriedad y respeto en la República Dominicana, sometido a una brutal desconsideración producto de una estratagema política que en su momento será puesta en evidencia.

Quien conoce a Faña, sabe que no se prestaría para aberraciones. Estoy seguro de que los hechos que hoy le quieren imputar, no son más que una novela, con un guion muy mal elaborado por rufianes, bandoleros y piratas, que apuestan al saqueo, el caos y el desorden en la República Dominicana, atacando por la espalda a un hombre que lo ha dado todo por este país, pero sobre todo por los más desprotegidos: aquellos que no tienen voces.

Los dominicanos estamos y estaremos muy atentos a este caso (la falsa imputación en su contra), del que, sin lugar a dudas, Faña saldrá airoso, porque el que no la debe no tiene por qué pagarla. –