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Viejos camaradas en tertulia de campiña

NACIONALES

Adolfo Paniagua Contreras

Santo Domingo, RD

El hecho de haber escapado de la Parca cuando el sueño redentor guiaba la nave en mares procelosos acorazados de temibles filosos acantilados, es una especie de buena suerte que no siempre acompañó la aventura por la libertad, la justicia y la redención social de un pueblo atribulado, oprimido y explotado.

Fueron muchos, y ejemplares, los que cayeron pensando en lo posible, creyendo que la vida merecía nueva substancia; otro horizonte más allá de las tinieblas y el ciego poder de la ambición. Ahí pudieron estar ellos, nosotros, los que sobrevivimos para poder contarles a los demás las tristes historias de la lucha rojinegra, de cómo la sangre bañaba liceos y universidades, y corría presurosa por calles, callejones, cárceles, y escalones de estancia inocente, donde una esposa se apretaba el vientre y entre sollozos pretendía proteger a su amado héroe, y al inocente que, con ojitos de terror, veía, aunque no comprendía la sádica fatal ocurrencia.

Ahora, fuera del peligro de aquellos lúgubres 12 años, los camaradas se juntan en campiña acogedora, y se contemplan mutuamente, con la interrogante latente de “si aún vivimos”, porque es difícil creerlo pese a la lejanía del tiempo.

El anfitrión, Leonel Pérez Martínez, conocido por todos como Manuel, el siempre solidario camarada Manuel, y su distinguida familia, propiciaron el ameno encuentro, lejos de aquellos temores del caliesaje y su impronta de terror y muerte.

Los distinguidos visitantes: legendarios luchadores con muchos años encima de experiencia política y guerrillera, exponentes de lo que fuera el movimiento político-militar más proactivo de las décadas de los 50 a los 70: el Movimiento Popular Dominicano (MPD). Son ellos: Rafael Chaljub Mejía, Manuel Salazar, Negro Peña (Fonso); Miguel Espinal, Freddy González (Isaía o El Flaco; Lorenzo Vargas (Lenchy) y su esposa Leidy, y Magnolia y su esposo Manuel, quienes fueron los anfitriones de esa recreativa visita a su finca.

 

 

 

 

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