Entretenimiento peligroso

NACIONAL

Adolfo Paniagua Contreras

La voladera de chichigua es un viejo entretenimiento cuyo origen no voy a indagar, porque no se trata de hacer una apología de ello, sino consignar que en los campos ese juego o entretenimiento no representaba ningún peligro para la población, ni para los que usaban de él. Sin embargo, en las ciudades, sobre todo en estos tiempos de tecnología y alta concentración de la población en espacios reducidos, lejos de ser un entretenimiento, se ha convertido en una verdadera amenaza para la salud y la vida de la gente.

Diversos medios han reportado la muerte de jóvenes y niños por estar volando chichigua, aun en medio de una epidemia letal como es la COVID-19.

Hoy el periódico Listín Diario reseña la muerte, electrocutado, de un adolescente de 14 años mientras volaba una chichigua. Y también la detención de dos dominicanos en Estados Unidos por la misma causa.

La Chichigua, además de ser una fuente de contaminación, acarrea sabotajes eléctricos como informó la Edesur, y pone vidas en peligro, como ha quedado evidenciado.

Indiferencia

Lo que llama poderosamente la atención es el hecho de que autoridades responsables de la protección de niños, niñas y adolescentes, en el país, se hagan de la vista gorda ante el desagradable espectáculo de niños, adolescentes, jóvenes y hasta adultos, volando chichigua en barrios con tendido eléctrico concentrado, y, además, en aglomeración y sin ningún tipo de protección, en abierta violación de la cuarentena, toque de queda y otras reglamentaciones.

Estos hechos ponen de manifiesto la irresponsabilidad con que actúan muchas de las instituciones estatales llamadas a cumplir determinados roles, que quieren transferir a la población, a la familia,  mientras los jefes de dichas instituciones cobran lujosos sueldos y se pavonean rodeados de todo tipo de privilegios.-