Artículo/ Así mató la Policía al joven en Ocoa
Su madre, Milandina Custodio, fue en tres ocasiones a la Policía y nunca le permitieron entregarle las comidas y al indagar sobre su condición siempre los policías de guardia le dijeron que se la mandara porque Gregorio “estaba durmiendo”
Amparados en la impunidad y en el terror a que tienen sometidos hace tiempo a abogados, periodistas, profesores, agricultores, políticos, religiosos, mujeres y jóvenes; oficiales, clases y alistados de la Policía Nacional asesinaron a golpes a José Gregorio Custodio en San José de Ocoa el pasado domingo.
Lo afirmo categóricamente: lo mataron a golpes y la jerarquía de la Policía Nacional, en lugar de dar un ejemplo botando y sometiendo a la justicia de inmediato a todos los culpables de ese execrable crimen contra un joven inofensivo, lo que hizo fue un silencio sepulcral mientras los asesinos chantajeaban a médicos para que dijeran que murió “por una alergia” a una tableta de Omeprazol.
La historia de este crimen de la que se consumó como sigue:
El pasado sábado 16, Gregorio estuvo ingiriendo aguardiente y ebrio estaba violento, pero en ningún momento agredió de ninguna forma a su mujer, Johanny Casado, quien al sentirse vulnerable, acudió a la Policía denunciando la situación.
A las 2:11 de la madrugada del domingo una patrulla persiguió a Gregorio por la calle 27 de Febrero, en pleno centro de la ciudad de Ocoa. Él entró a la Clínica Arias.
Dos policías llegaron en una motocicleta, penetraron a la clínica privada sin orden judicial, en la madrugada.
