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Las parafilias (2)

 TEMAS DE MEDICINA

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Por: Adolfo Paniagua Contreras                              

  

En la continuación de este artículo donde se aborda el tema del exhibicionismo y otros trastornos de la sexualidad, vamos a destacar las oportunas aclaraciones que se hacen tanto en la obra citada precedentemente, como en el «Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales», de la Asociación Americana de Psiquiatría (DSM-5), 5ta. ed., sobre que las parafilias en sí mismas tienen una categorización diferente de los trastornos parafilíticos. 

«Un trastorno parafílico es una parafilia que verdaderamente está causando malestar o deterioro para el individuo, o una parafilia cuya satisfacción ha supuesto un daño personal o un riesgo de daño ajeno. Una parafilia es una condición necesaria pero no suficiente para tener un trastorno parafílico, y una parafilia por sí misma no justifica automáticamente la intervención clínica o no la requiere». ob. cit. pág. 816. 

Hecha la debida aclaración, exponemos nuestro primer tema: 

Exhibicionismo

El sujeto que padece este defecto siempre está al acecho de oportunidades para hacer visibles sus genitales ante cualquier extraño que no espera semejante afrenta. El exhibicionista es incapaz de controlar el impulso que lo induce a tal comportamiento, naturalmente contradictorio para el sentido común y las normas o reglas éticas y morales que rigen en cualquier sociedad civilizada. 

«Un exhibicionista tiende a seguir el mismo patrón en cada infracción. Puede fantasear mientras conduce en búsqueda de una víctima (con frecuencia tiene cuidado de elegir una ruta de escape que pueda utilizarse en caso de ser visto por otra persona distinta a la víctima)», expone Morrison. pág. 567. 

Es necesario establecer que este problema mental-emocional, con fuerte arraigo en la conducta masturbatoria de la adolescencia, puede compartir otros rasgos parafilíticos, y no es exclusivo de individuos de bajo nivel social, económico o profesional. Se encuentra en todos los niveles de la sociedad y de las naciones, y está íntimamente vinculado a diversos patrones de trastornos de la personalidad, de acuerdo con la nomenclatura del DSM-5 de la Asociación Americana de Psiquiatría (v. pág. 645 y ss.). 

Generalmente afecta al género masculino, aunque puede encontrarse personas del sexo femenino (muy excepcionales según los especialistas en salud mental) que manifiesten dicha aberración.

 

 

 

 

 

 

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