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Doy fe y testimonio de que son inocentes

Por: Adolfo Paniagua Contreras

Si alguien me preguntara si conozco a Esperanza Suero (Chica) y a su hijo José Manuel De Leon Suero les diría que sí, desde 1998 los conozco, comenzando por Los Botados y acompañando su amistad en Los Cerros del Distrito Municipal de La Sabina.

El azar de la existencia les ha jugado una broma muy pesada, pero la luz siempre brota aun de las mismas raíces de la obscuridad.

En días pasados Chica, por motivación de una hija, decidió llamar un técnico en nevera para que le arreglara una cuyo estado de deterioro era evidente.

Dada la situación por la que atraviesan millares de familias dominicanas que no pueden darse el lujo de comprar un objeto de esa especie nuevo, con este altísimo costo de la vida, mi amiga le preguntó al técnico si era posible restaurar la destartalada nevera, y, al recibir el visto bueno, acordaron precio y ¡mano a la obra!

Pero, ¡vaya sorpresa! Cuando el referido técnico le quita la tapa, nota que la misma pesaba más de lo normal, y cuando procede a revisarla en detalles ve que por un lado sobresalía la punta de un hierro, por lo que llamó a la señora y le dijo que había algo extraño; entonces él procedió a desarmar todo y…suspenso: en el interior de la tapa de la nevera había nada más y nada menos que tres armas de guerra, dos fusiles y una pistola con sus respectivos cargadores y municiones.

El técnico le sacó fotos al incómodo hallazgo y se marchó. En cambio, Chica, como haría cualquiera persona libre de sospechas, consultó con sus hijos y acordaron que éstos notificaran a las autoridades sobre el desconocido paquete que apareció sellado, aparentemente de muchos años atrás, en la vieja nevera que hacía no más de 15 días le había enviado alguien conocido, en cuya residencia tenía aquella nevera largo tiempo arrumbada.

José Manuel De León Suero, hijo de familia humilde y trabajadora. Joven digno, serio, honesto.

Tanto Chica como su hijo fueron detenidos por la Policía de esta ciudad, con la actuación de un procurador fiscal, para fines de investigación. Están libres, pero sujetos a cualquier requerimiento de parte de las autoridades competentes.

Puedo afirmar con absoluta certeza que tanto Chica como sus hijos son absolutamente inocentes. Nunca se prestarían para vagabunderías, porque son gentes honestas, trabajadoras, libres de conductas morbosas.

Las autoridades pueden rastrear la historia de esa vieja nevera contrabando y tal vez dar con el origen real del paquete que apareció sellado en su tapa inferior. Sin embargo, que no alberguen la más mínima sospecha sobre esa familia, que desde hace más de dos décadas conozco como la palma de mi mano, ella, sus hijos y su esposo Nino, un incansable pequeño productor de las lomas de Los Botados.

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2 Comments

  1. Muy bien dicho Sr. Adolfo, no entiendo por qué la justicia siempre quiere hacer justicia con los inocentes, pero ante Dios que todo lo ve y lo escucha, el sabe que son justos, inocentes y de familia con valores y principios. Dios se encargara de juzgar a quienes juzgan sin saber.

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