Por Asiris de Migón

Exhortación

Entonces Jarabacoa y Constanza deben mirar en los ojos altruistas de esa joven concejal que hoy tiene la oportunidad de mañana ser su auténtica represente en la Cámara de Diputados.

Se preguntarán quién soy, de dónde vengo y para dónde voy, pero no lo sabrán, porque mi historia es más antigua que el mundo y, aunque les explique, no van a comprender.

Mi madre, cuyo nombre ni yo mismo sé, le reveló a un mortal que fui raptado por unos dinosaurios que intuyeron que yo podía perturbar su ascenso al poder estatal. Hasta la fecha de hoy no sé dónde me tienen, pero gracias a la preocupación de mi progenitora, hoy puedo expresarme por vía del receptor de aquella revelación.

En esta ocasión les quiero hablar para que no pierdan su tiempo y gasten su energía pensando en que un dinosaurio pueda ser diputado. No es posible. Tampoco es posible llevar chercha al Congreso Nacional, y, peor aún, un simple botiquín de primeros auxilios, o cualquier otra apariencia humana.

La alternativa es joven: Es Gabriela. La gente del PRM lo debe comprender y no ir a tientas por el escabroso sendero de la política, que más que política, se ha convertido en un abigarrado mercado donde ruedan honra y pudor, y donde el que más tiene, aunque sea el peor sinvergüenza, vende en pública subasta el esfuerzo de sus crédulos e inocentes seguidores.

Constanza y Jarabacoa no pueden ser antagónicas. Son dos localidades con historia común y con enormes posibilidades de desarrollo si los caudillos echaran a un lado sus mezquinos intereses y pensaran en la masa, en el pueblo, en las inmensas cantidades de familias que malpasan, que sufren día a día la escasez de las cosas más elementales para el sustento propio y de sus allegados.

Entonces Jarabacoa y Constanza deben mirar en los ojos altruistas de esa joven concejal que hoy tiene la oportunidad de mañana ser su auténtica represente en la Cámara de Diputados.

Es Gabriela Abreu Santos. Simplemente Gabriela. Una profesional que atesora en su alma las más nobles virtudes: Amor, fidelidad, lealtad, espíritu de justicia, honradez, humildad, y ningún tipo de ambición de poderes para enriquecerse a costa de sus votantes.

Gabriela habla de cambio, pero no con la jerga de la política especulativa y mentirosa. Su propuesta de cambio es real: cambio en el esfuerzo para que Jarabacoa y Constanza tengan eco en la Cámara Baja; que el país pueda oír la voz elocuente y dulce, como sonoro manantial, pero enérgica, valiente, de esta joven abogada, que usará la política para luchar por el bienestar de ambos pueblos, especialmente por los más necesitados.

Yo, Asiris de Migón, doy fe y testimonio de que Gabriela será la primera auténtica congresista de Constanza y Jarabacoa. ¡Que nadie lo dude, que así será!